Ya estamos de vuelta en casa después de una semana llena de buenas sensaciones. Nuestra asistencia a El Salón de Puericultura no ha podido ser más provechosa.

Cuando nos aventuramos en este proyecto lo hicimos con el convencimiento de que nuestros saquitos eran la solución ideal para evitar que los niños se destapasen por las noches y, de hecho, los primeros conejillos de Indias de esta singular aventura fueron nuestros propios hijos con aquel modelo original diseñado por Lourdes que aún conservamos y que algún día os enseñaremos. Pero, claro, una cosa es ver cómo nuestros peques y los de nuestros familiares y conocidos se ilusionan y juegan con los sacos antes de meterse en la cama (tendríais que ver a Javier, espada en mano y Pingüino enfundado, interpretando la canción del pirata) y otra, muy distinta, encontrarte en tu propio stand, minutos antes de la inauguración de la feria, con los nervios a flor de piel y el miedo escénico de tu puesta de largo.

Ya estamos de vuelta en casa después de una semana llena de buenas sensaciones. Nuestra asistencia a El Salón de Puericultura no ha podido ser más provechosa.

Cuando nos aventuramos en este proyecto lo hicimos con el convencimiento de que nuestros saquitos eran la solución ideal para evitar que los niños se destapasen por las noches y, de hecho, los primeros conejillos de Indias de esta singular aventura fueron nuestros propios hijos con aquel modelo original diseñado por Lourdes que aún conservamos y que algún día os enseñaremos. Pero, claro, una cosa es ver cómo nuestros peques y los de nuestros familiares y conocidos se ilusionan y juegan con los sacos antes de meterse en la cama (tendríais que ver a Javier, espada en mano y Pingüino enfundado, interpretando la canción del pirata) y otra, muy distinta, encontrarte en tu propio stand, minutos antes de la inauguración de la feria, con los nervios a flor de piel y el miedo escénico de tu puesta de largo.