La neurociencia puede ayudar de una manera obvia y muy positiva en las dificultades de aprendizaje de muchos escolares. Conocer el cerebro y nuestras motivaciones a la hora de adquirir conocimientos parecen ser el primer paso para construir una base sólida del sistema educativo y reforzar el potencial de aprendizaje de nuestros niños.
A continuación os esbozamos 5 claves que se erigen como básicas en la neuroeducación:

1.-La emoción juega un papel definitivo para captar el interés del pequeño y conseguir que interiorice lo que le estás contando. Llamar su atención es el primer paso para conseguir que se meta en papel y aprenda de verdad.
2.- Jugar, especialmente cuando se trata de niños de corta edad, es uno de los mecanismos de motivación más importantes ya que la interacción optimiza la fijación de contenidos de una manera clara.
3.- Para aprender tenemos dos aliados perfectos: el potencial del niño y las ganas de aprender. La identificación de los talentos de cada niño son claves para tomarlo como eje vertebrador y a partir de ahí desarrollar todo lo demás.
4.- Cada niño es único: desarrollar sus habilidades y la confianza en sí mismos le ayudarán a aprender y crecer con una base sólida.
5.- No debemos entender el error como un fracaso, sino como parte del proceso de aprendizaje, es decir, deberemos evitar generarles temor para reforzar la expectativa de éxito.

Todo esto me trae a la cabeza una de las citas de Benjamin Franklin que más me gusta:
Dímelo y lo olvido, enséñame y me acuerdo, implícame y lo aprendo.

La neurociencia puede ayudar de una manera obvia y muy positiva en las dificultades de aprendizaje de muchos escolares. Conocer el cerebro y nuestras motivaciones a la hora de adquirir conocimientos parecen ser el primer paso para construir una base sólida del sistema educativo y reforzar el potencial de aprendizaje de nuestros niños.
A continuación os esbozamos 5 claves que se erigen como básicas en la neuroeducación:

1.-La emoción juega un papel definitivo para captar el interés del pequeño y conseguir que interiorice lo que le estás contando. Llamar su atención es el primer paso para conseguir que se meta en papel y aprenda de verdad.
2.- Jugar, especialmente cuando se trata de niños de corta edad, es uno de los mecanismos de motivación más importantes ya que la interacción optimiza la fijación de contenidos de una manera clara.
3.- Para aprender tenemos dos aliados perfectos: el potencial del niño y las ganas de aprender. La identificación de los talentos de cada niño son claves para tomarlo como eje vertebrador y a partir de ahí desarrollar todo lo demás.
4.- Cada niño es único: desarrollar sus habilidades y la confianza en sí mismos le ayudarán a aprender y crecer con una base sólida.
5.- No debemos entender el error como un fracaso, sino como parte del proceso de aprendizaje, es decir, deberemos evitar generarles temor para reforzar la expectativa de éxito.

Todo esto me trae a la cabeza una de las citas de Benjamin Franklin que más me gusta:
Dímelo y lo olvido, enséñame y me acuerdo, implícame y lo aprendo.