Me han nombrado Presidenta del Ampa (Asociación de Padres y Madres de Alumnos) del colegio. Este año he llegado a mi tope aspiracional: soy Bi-presidenta, porque también me han nombrado Presidenta de mi bloque de pisos. Creo que voy a jugar a la lotería porque tanta suerte junta no se puede aguantar.

Resulta que la que era hasta ahora la presidenta del Ampa ha dado a luz y ha tenido que dejar su cargo. Se convocó una reunión de urgencia a la que no puede asistir porque tenía gripe - no sé si lo recordaréis- y cuando el lunes siguiente fui a dejar a los niños al cole, me soltaron la noticia. ¡Un notición!, me lo decían con cara de: Tommaa, para ti el marrón.

Pero ellos no me conocen, yo estoy súper ilusionada con el cargo. Ya me imagino a mi misma haciendo la fiesta de la llegada de la primavera, la bienvenida del verano, la despedida del cole….

Así para empezar, me encargué de organizar la función del carnaval del Ampa, para que no crean que yo el cargo me lo he tomado a broma.

Hice lo mismo cuando me nombraron presidenta de mi portal. Coincidió con Halloween, trabajé como una descosida y les dejé el portal que parecía la casa de Psicosis con telas de araña por todos los lados e, incluso, compré con mi dinero un muñeco que salía del hueco de la escalera y pegaba unos sustos de morirse.

La pobre anciana del 4º casi se nos queda allí seca.

Cuando llegaron las Navidades, me fui al chino y compré 150 metros de tubo de luces led, esas que se ponen en el exterior y tienen un millón de colores que parpadean sin cesar. Eso sí, de ahorro energético, que yo -como presidenta de mi portal- pienso en todo.

Y allí me fui con mi escalera dispuesta a trabajar todo el fin de semana para a dejar mi comunidad como Dios manda, iluminada a más no poder para las fiestas.

Me quedó que ni la nueva pista de aterrizaje de Barajas: luces por todas partes, arriba, abajo, por las paredes… Resultaba hasta difícil entrar en el portal con el mareo que te pillabas.

Éramos la sensación del barrio, todos los niños vinieron a ver nuestra iluminación. Creo que el Meteosat también nos vio.

Cuando salías del portal y por fin llegabas a casa, tenías millones de chiribitas en los ojos. Los miembros de la Comunidad me lo agradecieron muchísimo.

Ahora en invierno, para darle color y alegría al edificio, he comprado también en el chino unos lazos enormes rosa chillón y he ido decorando con ellos cada rellano de la escalera para darle un toque de distinción a nuestra comunidad. Corren rumores de que no les gusta mi gestión, y yo no me explico el por qué.

Este espíritu de trabajo profundo por la comunidad lo he llevado al Ampa de nuestro cole.

Primer acto que me tocó desarrollar como Presidenta del Ampa: la función de Carnaval.

Normalmente lo único que se hace es una pequeña reunión donde todos los niños van disfrazados y los papás de la Asociación ayudan con el aperitivo que se ofrece. Pero yo pensé: No. Ha llegado el momento de hacer algo diferente. Hablé con la directora del colegio y le pedí si, por favor, nos dejaba representar el cuento de Caperucita Roja.

Decidí que lo mejor era una representación que fuera conocida por todos los niños, desde infantil hasta 6º de primaria.

Así que elaboré el guión, sencillo para que tanto padres del Ampa como niños pudieran participar, con un lobo muy simpático que no se comía a Caperucita para que los pequeñitos no tuvieran miedo.

Claro está, tuvimos que ensayar. Convoqué los ensayos 3 domingos consecutivos a la 13.00 para que todos pudieran dormir la mañana, pero oye… todos se me quejaron porque parece ser que es la hora del aperitivo. No sé cómo no caí yo en ese asunto.

Nos quedó una función preciosa. Los papás y mamás dieron lo mejor de ellos mismos.

Y ahora mismo estoy preparando la función del Solsticio de Primavera y, para tal ocasión, reuní ayer al Ampa para darles una idea de lo que íbamos a hacer.

Estoy emocionadísima con el tema, yo misma voy a hacer los 24 disfraces.

Las mamás vamos a ir disfrazadas de flores: mallas y jersey verdes bien apretaditos y, alrededor de la cara, unos enormes pétalos blancos.

Para que entendieran bien la idea, me fui disfrazada de flor. No entiendo las caras de horror que ponían las mamás, si es precioso.

Y es que en estas reuniones todo son para protestas: “Que si yo no voy tan apretada que se me ve el michelín”, “Bueno, mujer, ponte a dienta que aún tienes mes y medio”- les digo yo, “Que si yo no llevo esos pétalos”, “Pero vamos a ver,- les digo- ¿tenemos o no tenemos espíritu de Ampa? Aquí todo lo hacemos por y para los niños”

Pero lo que ya fue una negación rotunda fue cuando les dije a los papás que irían disfrazados de árboles, con las

mallas marrones bien justas, a lo Billy Eliot, y alrededor de la cara cientos de hojas verdes.

Yo después de tanta discusión me puse firme y dije, “Por favor, id pasando por aquí que me tenéis que decir tallas para ir haciendo los disfraces que tampoco dispongo de tanto tiempo para la confección”.

No sabéis el disgusto que me llevé esta mañana cuando llegué al cole con mis pequeños y la directora me comunicó que la mamá que había dado a luz, después de 3 meses de baja, había decidido volver a desempeñar sus funciones de Presidenta del Ampa.

Pero es que no gano para disgustos porque cuando llegué a casa y abrí el buzón, me encontré con una carta del administrador de la comunidad donde convocaba una reunión extraordinaria con la siguiente orden del día: Elección de nuevo presidente de la comunidad.

¡Pero qué habré hecho mal para durar tan poco tiempo en estos cargos tan codiciados!... No me lo explico.

Me han nombrado Presidenta del Ampa (Asociación de Padres y Madres de Alumnos) del colegio. Este año he llegado a mi tope aspiracional: soy Bi-presidenta, porque también me han nombrado Presidenta de mi bloque de pisos. Creo que voy a jugar a la lotería porque tanta suerte junta no se puede aguantar.

Resulta que la que era hasta ahora la presidenta del Ampa ha dado a luz y ha tenido que dejar su cargo. Se convocó una reunión de urgencia a la que no puede asistir porque tenía gripe - no sé si lo recordaréis- y cuando el lunes siguiente fui a dejar a los niños al cole, me soltaron la noticia. ¡Un notición!, me lo decían con cara de: Tommaa, para ti el marrón.

Pero ellos no me conocen, yo estoy súper ilusionada con el cargo. Ya me imagino a mi misma haciendo la fiesta de la llegada de la primavera, la bienvenida del verano, la despedida del cole….

Así para empezar, me encargué de organizar la función del carnaval del Ampa, para que no crean que yo el cargo me lo he tomado a broma.

Hice lo mismo cuando me nombraron presidenta de mi portal. Coincidió con Halloween, trabajé como una descosida y les dejé el portal que parecía la casa de Psicosis con telas de araña por todos los lados e, incluso, compré con mi dinero un muñeco que salía del hueco de la escalera y pegaba unos sustos de morirse.

La pobre anciana del 4º casi se nos queda allí seca.

Cuando llegaron las Navidades, me fui al chino y compré 150 metros de tubo de luces led, esas que se ponen en el exterior y tienen un millón de colores que parpadean sin cesar. Eso sí, de ahorro energético, que yo -como presidenta de mi portal- pienso en todo.

Y allí me fui con mi escalera dispuesta a trabajar todo el fin de semana para a dejar mi comunidad como Dios manda, iluminada a más no poder para las fiestas.

Me quedó que ni la nueva pista de aterrizaje de Barajas: luces por todas partes, arriba, abajo, por las paredes… Resultaba hasta difícil entrar en el portal con el mareo que te pillabas.

Éramos la sensación del barrio, todos los niños vinieron a ver nuestra iluminación. Creo que el Meteosat también nos vio.

Cuando salías del portal y por fin llegabas a casa, tenías millones de chiribitas en los ojos. Los miembros de la Comunidad me lo agradecieron muchísimo.

Ahora en invierno, para darle color y alegría al edificio, he comprado también en el chino unos lazos enormes rosa chillón y he ido decorando con ellos cada rellano de la escalera para darle un toque de distinción a nuestra comunidad. Corren rumores de que no les gusta mi gestión, y yo no me explico el por qué.

Este espíritu de trabajo profundo por la comunidad lo he llevado al Ampa de nuestro cole.

Primer acto que me tocó desarrollar como Presidenta del Ampa: la función de Carnaval.

Normalmente lo único que se hace es una pequeña reunión donde todos los niños van disfrazados y los papás de la Asociación ayudan con el aperitivo que se ofrece. Pero yo pensé: No. Ha llegado el momento de hacer algo diferente. Hablé con la directora del colegio y le pedí si, por favor, nos dejaba representar el cuento de Caperucita Roja.

Decidí que lo mejor era una representación que fuera conocida por todos los niños, desde infantil hasta 6º de primaria.

Así que elaboré el guión, sencillo para que tanto padres del Ampa como niños pudieran participar, con un lobo muy simpático que no se comía a Caperucita para que los pequeñitos no tuvieran miedo.

Claro está, tuvimos que ensayar. Convoqué los ensayos 3 domingos consecutivos a la 13.00 para que todos pudieran dormir la mañana, pero oye… todos se me quejaron porque parece ser que es la hora del aperitivo. No sé cómo no caí yo en ese asunto.

Nos quedó una función preciosa. Los papás y mamás dieron lo mejor de ellos mismos.

Y ahora mismo estoy preparando la función del Solsticio de Primavera y, para tal ocasión, reuní ayer al Ampa para darles una idea de lo que íbamos a hacer.

Estoy emocionadísima con el tema, yo misma voy a hacer los 24 disfraces.

Las mamás vamos a ir disfrazadas de flores: mallas y jersey verdes bien apretaditos y, alrededor de la cara, unos enormes pétalos blancos.

Para que entendieran bien la idea, me fui disfrazada de flor. No entiendo las caras de horror que ponían las mamás, si es precioso.

Y es que en estas reuniones todo son para protestas: “Que si yo no voy tan apretada que se me ve el michelín”, “Bueno, mujer, ponte a dienta que aún tienes mes y medio”- les digo yo, “Que si yo no llevo esos pétalos”, “Pero vamos a ver,- les digo- ¿tenemos o no tenemos espíritu de Ampa? Aquí todo lo hacemos por y para los niños”

Pero lo que ya fue una negación rotunda fue cuando les dije a los papás que irían disfrazados de árboles, con las

mallas marrones bien justas, a lo Billy Eliot, y alrededor de la cara cientos de hojas verdes.

Yo después de tanta discusión me puse firme y dije, “Por favor, id pasando por aquí que me tenéis que decir tallas para ir haciendo los disfraces que tampoco dispongo de tanto tiempo para la confección”.

No sabéis el disgusto que me llevé esta mañana cuando llegué al cole con mis pequeños y la directora me comunicó que la mamá que había dado a luz, después de 3 meses de baja, había decidido volver a desempeñar sus funciones de Presidenta del Ampa.

Pero es que no gano para disgustos porque cuando llegué a casa y abrí el buzón, me encontré con una carta del administrador de la comunidad donde convocaba una reunión extraordinaria con la siguiente orden del día: Elección de nuevo presidente de la comunidad.

¡Pero qué habré hecho mal para durar tan poco tiempo en estos cargos tan codiciados!... No me lo explico.