El Súper Poder

El Súper Poder

Estoy leyendo un cuento antes de dormir a mi hija pequeña y me pregunta:

- Mamá, ¿cuántos días quedan para mi cumpleaños?

- Pues un mes y medio.

- Pero eso, ¿cuántos días son?

- Son 45 días ¿por qué quieres saberlo , Cariño?

- Para pedir un deseo cuando sople las velas.

-¿Ah sí? ¿Y que deseo quieres pedir?

-Quiero pedir que me den más súper poderes porque se me están acabando

- ¿Eh?

- Sí, Mami.  El año pasado pedí súper poderes y me dieron uno, pero se me está acabando y tengo que pedirlo otra vez.

¡Ay, mi madre, que la niña cree que tiene súper poderes! Pero… ¿es que no puede haber nadie normal en esta familia?

Claro que…¿qué voy a decir yo si mi hermano se pasó media infancia pensando que era Spiderman?  Vivía en el techo del pasillo con su disfraz, hasta el día que subió a nuestra casa la vecina del tercero, una señora ya mayor, a pedirle a mi madre un poco de harina. Mi hermano le metió tal susto desde el techo que mis padres tuvieron que llamar al SAMUR porque le dio un amago de infarto. Ese día se le acabó el súper poder, al menos de manera pública, aunque yo sé que en su foro interno aún se cree Spiderman.

 

-¿Y qué súper poder tienes, Cariño?

-Si te lo digo, me lo quitan, así que es secreto.

Genial. Se cree que tiene un súper poder y no me lo va a contar. Incluso voy a ir más allá y diría que, durante los últimos 10 meses, ha estado utilizándolo y nosotros ni nos hemos enterado.

Le doy un beso y le digo:

-Ahora a dormir, que mañana tienes excursión.

No me puedo dormir pensando en su súper poder. Voy a observarla para ir poco a poco deduciendo cual es el mega don.

 

Son las dos de la mañana y sigo sin poder dormir. Decido llamar a Cari que está en Filadelfia y contarle el problema. Allí son las 8 de la tarde, así que no le molesto.

Le mando un WhatsApp:

- Cari

- Holaaa- me contesta

-La peque tiene súper poderes- le digo

- ¿Y qué hace? ¿Brilla en la oscuridad y por eso te has dado cuenta de ello a las 2 de la mañana?

- No, no sé qué poder es, pero lleva con él desde el año pasado.

- Ah, pues no nos hemos dado cuenta. Muy súper no debe ser el poder. Pregúntale cuál es.

- Dice que es secreto.

- Ya, secreto y poco poderoso.

-Pero estoy preocupada a ver si le va a dar por volar.

-Hombre… si en estos meses no ha volado ya, el poder debe ser otro. Acuéstate y descansa que tú sí que tienes súper poderes.

Estoy preocupadísima, miro en internet cuales son las fantasías más comunes en los niños de 5 años y hay de todo. No me ayuda mucho.

Al día siguiente, mientras desayunamos, les digo:

- Bueno y, cuando sea vuestro cumple, ¿qué deseos pedís?

- Yo pido ser médico - dice mi hija mediana

- Yo no pido deseos, es una tontería - dice mi pre-pre-adolescente

- Yo un año pedí un pony- dice la pequeña

- Ah, ¿y se cumplió?

- Sí, me regalaron el pony de peluche.

Bueno, ya veo que se conforma con poco

 Y si tuvierais un poder, que poder os gustaría tener:

-Yo el de la tele transportación - dice mi hijo

-Yo quería poder congelar las cosas con la mano - dice mi otra hija

La peque, silencio absoluto, no dice ni mu.

Está allí, sentada en la mesa sin moverse, que parece que ni está. Callada como una muerta que ni ruido hace al respirar.

Bueno, peque, y tú ¿qué poder querrías tener?

- Yo ya lo tengo Mamá, ¿no lo ves?

- Pues no, Cariño, no lo veo.

-No lo ves porque ese es mi súper poder. Cuando estoy en casa y lo pienso muy fuerte con mi cabeza me hago invisible, como ahora.

Yo miro a mis otros dos hijos a ver si es que yo la veo y ellos no, pero me miran con la misma cara que les estoy poniendo yo a ellos. La de… ¡ahí va! se cree invisible. No decimos ni una palabra.

- Así que puedes ser invisible, pero también puedes hablar – le digo.

- Si claro, Mamá, aunque casi siempre que soy invisible tampoco me oís.

 ¡Ay, ay, ay! Me parece que ya sé de qué va esto.

-Ya, ¿y dices que el poder sólo lo tienes en casa?

-Sí, Mamá, y me funciona muy bien cuando estáis todos hablando a la vez y yo quiero decir algo pero no me escucháis. Entonces me concentro mucho y ya nadie me ve.

 Mi pobre niña, no tiene un súper poder;  tiene el Síndrome del Tercer Hijo al que nadie le hace casa porque es el pequeño. Ahora a ver cómo hacemos para explicarle que no es un poder.

- ¡Ah, sí! Ese poder lo tuve yo también - le dice mi hija mediana - pero sólo puedes tenerlo con 5 años. A partir de los 6 ya no te dan más súper poderes porque ya eres mayor.

-Ah, vale – contesta la peque y se queda tan conforme con la explicación.

Olé y olé por mi hija que me acaba de sacar de un verdadero apuro. ¿O será que a ella también le pasó?

¿Sabéis qué? Prefiero vivir con la duda.

Posted on 24/07/2016 Home, Pingüineando/ Penguin..., Últimos post 0 2847

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Estoy leyendo un cuento antes de dormir a mi hija pequeña y me pregunta:

- Mamá, ¿cuántos días quedan para mi cumpleaños?

- Pues un mes y medio.

- Pero eso, ¿cuántos días son?

- Son 45 días ¿por qué quieres saberlo , Cariño?

- Para pedir un deseo cuando sople las velas.

-¿Ah sí? ¿Y que deseo quieres pedir?

-Quiero pedir que me den más súper poderes porque se me están acabando

- ¿Eh?

- Sí, Mami.  El año pasado pedí súper poderes y me dieron uno, pero se me está acabando y tengo que pedirlo otra vez.

¡Ay, mi madre, que la niña cree que tiene súper poderes! Pero… ¿es que no puede haber nadie normal en esta familia?

Claro que…¿qué voy a decir yo si mi hermano se pasó media infancia pensando que era Spiderman?  Vivía en el techo del pasillo con su disfraz, hasta el día que subió a nuestra casa la vecina del tercero, una señora ya mayor, a pedirle a mi madre un poco de harina. Mi hermano le metió tal susto desde el techo que mis padres tuvieron que llamar al SAMUR porque le dio un amago de infarto. Ese día se le acabó el súper poder, al menos de manera pública, aunque yo sé que en su foro interno aún se cree Spiderman.

 

-¿Y qué súper poder tienes, Cariño?

-Si te lo digo, me lo quitan, así que es secreto.

Genial. Se cree que tiene un súper poder y no me lo va a contar. Incluso voy a ir más allá y diría que, durante los últimos 10 meses, ha estado utilizándolo y nosotros ni nos hemos enterado.

Le doy un beso y le digo:

-Ahora a dormir, que mañana tienes excursión.

No me puedo dormir pensando en su súper poder. Voy a observarla para ir poco a poco deduciendo cual es el mega don.

 

Son las dos de la mañana y sigo sin poder dormir. Decido llamar a Cari que está en Filadelfia y contarle el problema. Allí son las 8 de la tarde, así que no le molesto.

Le mando un WhatsApp:

- Cari

- Holaaa- me contesta

-La peque tiene súper poderes- le digo

- ¿Y qué hace? ¿Brilla en la oscuridad y por eso te has dado cuenta de ello a las 2 de la mañana?

- No, no sé qué poder es, pero lleva con él desde el año pasado.

- Ah, pues no nos hemos dado cuenta. Muy súper no debe ser el poder. Pregúntale cuál es.

- Dice que es secreto.

- Ya, secreto y poco poderoso.

-Pero estoy preocupada a ver si le va a dar por volar.

-Hombre… si en estos meses no ha volado ya, el poder debe ser otro. Acuéstate y descansa que tú sí que tienes súper poderes.

Estoy preocupadísima, miro en internet cuales son las fantasías más comunes en los niños de 5 años y hay de todo. No me ayuda mucho.

Al día siguiente, mientras desayunamos, les digo:

- Bueno y, cuando sea vuestro cumple, ¿qué deseos pedís?

- Yo pido ser médico - dice mi hija mediana

- Yo no pido deseos, es una tontería - dice mi pre-pre-adolescente

- Yo un año pedí un pony- dice la pequeña

- Ah, ¿y se cumplió?

- Sí, me regalaron el pony de peluche.

Bueno, ya veo que se conforma con poco

 Y si tuvierais un poder, que poder os gustaría tener:

-Yo el de la tele transportación - dice mi hijo

-Yo quería poder congelar las cosas con la mano - dice mi otra hija

La peque, silencio absoluto, no dice ni mu.

Está allí, sentada en la mesa sin moverse, que parece que ni está. Callada como una muerta que ni ruido hace al respirar.

Bueno, peque, y tú ¿qué poder querrías tener?

- Yo ya lo tengo Mamá, ¿no lo ves?

- Pues no, Cariño, no lo veo.

-No lo ves porque ese es mi súper poder. Cuando estoy en casa y lo pienso muy fuerte con mi cabeza me hago invisible, como ahora.

Yo miro a mis otros dos hijos a ver si es que yo la veo y ellos no, pero me miran con la misma cara que les estoy poniendo yo a ellos. La de… ¡ahí va! se cree invisible. No decimos ni una palabra.

- Así que puedes ser invisible, pero también puedes hablar – le digo.

- Si claro, Mamá, aunque casi siempre que soy invisible tampoco me oís.

 ¡Ay, ay, ay! Me parece que ya sé de qué va esto.

-Ya, ¿y dices que el poder sólo lo tienes en casa?

-Sí, Mamá, y me funciona muy bien cuando estáis todos hablando a la vez y yo quiero decir algo pero no me escucháis. Entonces me concentro mucho y ya nadie me ve.

 Mi pobre niña, no tiene un súper poder;  tiene el Síndrome del Tercer Hijo al que nadie le hace casa porque es el pequeño. Ahora a ver cómo hacemos para explicarle que no es un poder.

- ¡Ah, sí! Ese poder lo tuve yo también - le dice mi hija mediana - pero sólo puedes tenerlo con 5 años. A partir de los 6 ya no te dan más súper poderes porque ya eres mayor.

-Ah, vale – contesta la peque y se queda tan conforme con la explicación.

Olé y olé por mi hija que me acaba de sacar de un verdadero apuro. ¿O será que a ella también le pasó?

¿Sabéis qué? Prefiero vivir con la duda.

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