MAMIIIIIII
Quiero ver a mi mami. En esta ocasión no se trata del grito desesperado de uno de mis hijos, sino del mío propio.
En el proceso de diseño de nuestros sacos, mi madre es una mujer sensata cuya opinión valoro sobremanera. Vive medio año en Hong Kong y medio en España y en este preciso momento- que anda por Asturias- la echo especialmente de menos ya que necesito tomar algunas decisiones sobre diseños de forma inmediata.
Estuvo conmigo y me ayudó muchísimo cuando preparé el primer prototipo de SacoPingüino y ahora que tengo que decidir si continuar o no con un nuevo producto, necesito su opinión.
Mi madre sabe a la perfección lo que funciona con niños pequeños y lo que no. Y no sólo porque haya criado a tres hijas y esté implicada totalmente en la educación de sus nietos, sino porque se pasó la mayor de su vida profesional trabajando en una guardería con niños de entre 1 y 5 años. Hablar con ella es como recabar la opinión de 100 mamis de una tacada.
Estoy segura de que me dirá “No pongas el botón automático en esa zona, porque el niño lo podrá desabrochar fácilmente” o “esas mangas son demasiado estrechas para vestir al niño si está dormido o con berrinche” o “las niñas prefieren vestidos de princesa amarillos y rosas a tonos azulados”. Sigo su consejo a pies juntillas el 90% de las ocasiones.
Todavía conservo en la oficina la prenda con cremallera que os comenté hace algunas semanas. Necesito darle el empujón definitivo para meterlo en producción, pero me gustaría que le echase un vistazo y así tener su opinión y comentarios sobre las últimas mejoras.
Afortunadamente, la próxima semana nos vamos a España. Tendré que asegurarme de que las prendas van en el equipaje.