COSAS DEL DORMIR

COSAS DEL DORMIR

Lo reconozco, es culpa mía. Mis hijos duermen en mi cama. He cejado en mi empeño de enseñarles a dormir solos, hasta el punto de que la semana pasada compré una cama de 3 metros. Ahora mi habitación es sencillamente… ¡una cama! No hay espacio para mucho más.

Con mi primer hijo empecé bien. Le enseñamos a dormir sólo no en una, sino en dos ocasiones. La primera cuando tenía 10 meses, debido a la inminente llegada de su hermano. Y la segunda ya con 16 meses, cuando nos mudamos a Hong Kong y después de sufrir una semana de jetlag.

¿Cómo es que se torció todo entonces? Me gusta pensar que es culpa de nuestros antiguos vecinos. Los dos peques tienen el sueño muy ligero, se despiertan hasta con el sonido de una simple mosca. Pero el más pequeño, Gabi, no sólo duerme mal sino que, además, tiene una potencia vocal que dejaría en ridículo a los Tres Tenores ;)

Cuando hace un par de años nos mudamos al piso en el que vivimos ahora Gabi, que todavía no había cumplido un año, aún tenía problemas para dormir la noche entera de seguido. A menudo se despertaba, en mitad de la noche, llorando sin razón aparente. Y no había consuelo posible.

Unos 15 días después de habernos mudado, encontré una nota en mi buzón:
Queridos vecinos:
Los gritos de su bebé durante la noche me provocan dolores de cabeza diarios e impiden que mis dos hijos pequeños y yo podamos descansar. Siento mucho informarles de que he comunicado mi queja al Gerente de la Empresa y de esta Comunidad para que tomen cartas en el asunto
”.

¡Dios mío! ¿Comunicado al Presidente? ¿Nos van a echar de la urbanización?

¡Estaba que echaba humo! En aquel momento hubiera subido y le hubiera dado con la escoba en la cabeza. Pero me lo pensé mejor, cogí aire y preparé una nota para mi vecina:
Queridos vecinos:
Siento muchísimo las molestias causadas. Si me indican en qué lado de la casa están sus habitaciones, cambiaré la cuna de mi bebé al lado contrario para que deje de molestarles
”.

Un nuevo día, una nueva nota de mis adorables vecinos:
Estimada vecina:
Su bebé grita tan alto que se le oye incluso desde la despensa que tenemos fuera del piso
”.

Después de aquello sólo podíamos esperar pacientemente a que el Gerente nos pidiera que nos fuéramos del edificio… Desde entonces, tan pronto oía a Gabi llorar, corría a coger al pequeño en brazos para pasearme con él por toda la casa susurrando “shhh, shhh, shhh”. Después de acunarlo durante horas, terminaba exhausta y caía rendida en mi cama con él aún en brazos.

Han pasado dos años y Gabi sigue en mi cama. Y ¡claro!, su hermano mayor, al enterarse de que nuestra cama ya no estaba prohibida, pronto reclamó su sitio…

Ahora tienen 3 y 4 años, duermen son sacos de dormir niños, cada día son más grandes y ocupan más espacio así que pensamos que era momento de actuar. Y comprar una cama más grande iba a ser mucho más sencillo que enseñar nuevamente a dormir solos a mis pequeños monstruitos.

Y por si os preguntáis qué ha sido de mis vecinos… cuatro meses después de presentar la queja, se mudaron desesperados…

Posted on 05/05/2014 Home 0 1471

Leave a CommentLeave a Reply

You must be logged in to post a comment.

Buscar

Categorías

Anterior
Siguiente
COSAS DEL DORMIR - Saco Pingüino. Pijamas para dormir calentitos toda la noche. Blog js_def
COSAS DEL DORMIR

COSAS DEL DORMIR

Lo reconozco, es culpa mía. Mis hijos duermen en mi cama. He cejado en mi empeño de enseñarles a dormir solos, hasta el punto de que la semana pasada compré una cama de 3 metros. Ahora mi habitación es sencillamente… ¡una cama! No hay espacio para mucho más.

Con mi primer hijo empecé bien. Le enseñamos a dormir sólo no en una, sino en dos ocasiones. La primera cuando tenía 10 meses, debido a la inminente llegada de su hermano. Y la segunda ya con 16 meses, cuando nos mudamos a Hong Kong y después de sufrir una semana de jetlag.

¿Cómo es que se torció todo entonces? Me gusta pensar que es culpa de nuestros antiguos vecinos. Los dos peques tienen el sueño muy ligero, se despiertan hasta con el sonido de una simple mosca. Pero el más pequeño, Gabi, no sólo duerme mal sino que, además, tiene una potencia vocal que dejaría en ridículo a los Tres Tenores ;)

Cuando hace un par de años nos mudamos al piso en el que vivimos ahora Gabi, que todavía no había cumplido un año, aún tenía problemas para dormir la noche entera de seguido. A menudo se despertaba, en mitad de la noche, llorando sin razón aparente. Y no había consuelo posible.

Unos 15 días después de habernos mudado, encontré una nota en mi buzón:
Queridos vecinos:
Los gritos de su bebé durante la noche me provocan dolores de cabeza diarios e impiden que mis dos hijos pequeños y yo podamos descansar. Siento mucho informarles de que he comunicado mi queja al Gerente de la Empresa y de esta Comunidad para que tomen cartas en el asunto
”.

¡Dios mío! ¿Comunicado al Presidente? ¿Nos van a echar de la urbanización?

¡Estaba que echaba humo! En aquel momento hubiera subido y le hubiera dado con la escoba en la cabeza. Pero me lo pensé mejor, cogí aire y preparé una nota para mi vecina:
Queridos vecinos:
Siento muchísimo las molestias causadas. Si me indican en qué lado de la casa están sus habitaciones, cambiaré la cuna de mi bebé al lado contrario para que deje de molestarles
”.

Un nuevo día, una nueva nota de mis adorables vecinos:
Estimada vecina:
Su bebé grita tan alto que se le oye incluso desde la despensa que tenemos fuera del piso
”.

Después de aquello sólo podíamos esperar pacientemente a que el Gerente nos pidiera que nos fuéramos del edificio… Desde entonces, tan pronto oía a Gabi llorar, corría a coger al pequeño en brazos para pasearme con él por toda la casa susurrando “shhh, shhh, shhh”. Después de acunarlo durante horas, terminaba exhausta y caía rendida en mi cama con él aún en brazos.

Han pasado dos años y Gabi sigue en mi cama. Y ¡claro!, su hermano mayor, al enterarse de que nuestra cama ya no estaba prohibida, pronto reclamó su sitio…

Ahora tienen 3 y 4 años, duermen son sacos de dormir niños, cada día son más grandes y ocupan más espacio así que pensamos que era momento de actuar. Y comprar una cama más grande iba a ser mucho más sencillo que enseñar nuevamente a dormir solos a mis pequeños monstruitos.

Y por si os preguntáis qué ha sido de mis vecinos… cuatro meses después de presentar la queja, se mudaron desesperados…

Posted on 05/05/2014 Home 0 1471

Leave a CommentLeave a Reply

You must be logged in to post a comment.

Buscar

Categorías

Anterior
Siguiente