fueron a clase en pijama. Es una jornada divertidísima para los más pequeños y año tras año esperan ilusionados durante semanas a que llegue el gran momento.

Algunas de mis amigas con niños en el mismo centro me enviaron emails a principios de semana pidiéndome algún modelo para Annie o comentándome lo ilusionado que estaba Johny pensando en ir a clase enfundado en su Pirata Pingüino.

Cuando llego Javi del cole el martes pasado, le pregunté:

- Entonces, ¿ qué Saco Pingüino te vas a poner para la fiesta del viernes?

Me miró y, después de un momento en silencio, suspiró y me dijo:

-Mami, no voy a llevar un Saco Pingüino, quiero ponerme mi pijama de Spiderman.

Casi me desmayo. ¿El pijama de Spiderman? Tú que duermes en Pingüinos desde hace dos años  ¿Spiderman? ¿El  que te compré en el rastro para la fiesta de superhéroes? ¿El que se descosió entero la primera vez que lo metiste por la cabeza?

Al final, la historia es que llegó el viernes y Javi se fue encantado a coger el autobús con el pijama de Spiderman puesto, todo amorfo y bajado de color.
A su regreso le pregunté qué tal les había ido la fiesta. Dijo: ¡Genial, mami! -Sara (su novia de 4 años) llevó un pijama rosa- Me dijo que era de princesa. Y yo ya le dije que eso no era un pijama de princesa, que era sólo un pijama con un dibujo de princesa, que el pijama de princesa de verdad era el que hacía mi mami”

Quizás tengamos que plantearnos pasarle al departamento comercial. Esa noche, a propósito, durmió en su Saco Pingüino Astronauta.

fueron a clase en pijama. Es una jornada divertidísima para los más pequeños y año tras año esperan ilusionados durante semanas a que llegue el gran momento.

Algunas de mis amigas con niños en el mismo centro me enviaron emails a principios de semana pidiéndome algún modelo para Annie o comentándome lo ilusionado que estaba Johny pensando en ir a clase enfundado en su Pirata Pingüino.

Cuando llego Javi del cole el martes pasado, le pregunté:

- Entonces, ¿ qué Saco Pingüino te vas a poner para la fiesta del viernes?

Me miró y, después de un momento en silencio, suspiró y me dijo:

-Mami, no voy a llevar un Saco Pingüino, quiero ponerme mi pijama de Spiderman.

Casi me desmayo. ¿El pijama de Spiderman? Tú que duermes en Pingüinos desde hace dos años  ¿Spiderman? ¿El  que te compré en el rastro para la fiesta de superhéroes? ¿El que se descosió entero la primera vez que lo metiste por la cabeza?

Al final, la historia es que llegó el viernes y Javi se fue encantado a coger el autobús con el pijama de Spiderman puesto, todo amorfo y bajado de color.
A su regreso le pregunté qué tal les había ido la fiesta. Dijo: ¡Genial, mami! -Sara (su novia de 4 años) llevó un pijama rosa- Me dijo que era de princesa. Y yo ya le dije que eso no era un pijama de princesa, que era sólo un pijama con un dibujo de princesa, que el pijama de princesa de verdad era el que hacía mi mami”

Quizás tengamos que plantearnos pasarle al departamento comercial. Esa noche, a propósito, durmió en su Saco Pingüino Astronauta.