Mi cuñada ha tenido gemelos hace 3 meses. Ha sido un revolución para toda la familia. Son tan idénticos que ninguno de nosotros somos capaces de saber quién es quién y tiene problemas hasta la madre de los bebés, imaginaros.

Hace dos días me llama y me dice:

-Tengo una entrevista de trabajo en Bilbao y necesito que te quedes con los gemelos 2 días.

- Dos días y una noche- Y pienso para mis adentros: esto me lo pide a mí que, como sólo tengo 3 niños, ando desahogada.

- Te lo pido a ti porque sé que tienes mucha experiencia y me fío- me contesta.

¡Aayyyy! ¡Cómo caigo ante el elogio! ¡Cómo me gusta que me regalen los oídos!

-Entiendo- le digo. No te preocupes que están en buenas manos.

- Tendrás que tener cuidado que, aunque ya tienen 3 meses, el pediatra ha insistido en que no deben saltarse ni una toma porque aún están bajos de peso.

- No te preocupes que así lo haré.

Bueno, pues no sé cómo me las voy a arreglar yo sola con 5 niños porque Cari está en Brasil, pero lo intentaré.

Según me deja mi cuñada a los gemelos en casa, empiezo a tener problemas para distinguirlos. Además, la madre de los niños no los diferencia por la ropa. Se me ocurre pintarle a uno una uña de color rojo y a otro una uña de color azul. No creáis que es peligroso. Les pongo muy poco esmalte, justo lo necesario para diferenciarlos.

Con este truco me las ingenio genial durante el día. De hecho, les doy sus tomas correspondientes y nos vamos a la parada del autobús a buscar a los niños.

En el camino de vuelta a casa me siento como Julie Andrews en Sonrisas y Lágrimas. Me salen los niños por todos lados.

Mis hijos están emocionados con sus primos, deseosos de cuidarlos, les pongo a entretenerles cantándoles canciones y así pasamos el resto de la tarde hasta que llega la hora de acostarse.

23.30 PM

Gemelo 1 empieza a llorar, seguido de Gemelo 2. Parece ser que por la noche se sincronizan para comer, así que cojo al que tiene la uña roja y le doy el biberón, mientras el otro llora como un descosido. Me empiezo a poner nerviosa.

23.45 PM

Gemelo 2 que lloraba sin parar por fin se tranquiliza y se queda dormido. Supongo que de puro aburrimiento.

-¡Mamá! Tengo miedo- grita mi hija pequeña.

Voy corriendo a su cuarto e intento calmarla. Se duerme en mis brazos pero cada vez que intento salir de la cama para dar la toma a Gemelo Azul, todavía sin comer, no me deja.

Decido cogerla en brazos y llevármela a mi cuarto, a dormir conmigo.

Como Gemelo 2 sigue dormido, me acuesto y me quedo profundamente dormida.

00.15 AM

Gemelo no sé qué número se pone a llorar.

Como mi hija está dormida a mi lado no puedo encender la luz para ver de qué color es la uña. Creo que la última toma se la di a Gemelo Azul, pero ya no estoy segura.

Busco el móvil por la mesilla de noche. No lo encuentro.

Por fin aparece y enciendo la linterna.

Les busco las uñas pintadas, pero no doy con ellas. Cuando por fin veo la mano con la uña azul no se corresponde con la del bebé que está llorando. Aún así, creo que la toma le tocaba a Gemelo Azul.

Cojo a Gemelo Rojo y le cambio el pañal. Sigue llorando. Supongo que tendrá gases, así que le hago un masaje en la barriga. Parece que se calma.

Vuelve a llorar, así que le doy otro biberón. Se queda dormido y le acuesto en la cuna. Ahora pienso: Gemelo Rojo lleva dos tomas, Gemelo Azul se ha saltado una. Mi cuñada me va a matar.

Me tumbo y me quedo dormida.

1.45 AM

Gemelo Azul (supongo) se pone a llorar. Le toca la toma.

Cojo el móvil y busco la uña Azul,  y no, es Gemelo Rojo el que vuelve a llorar. Estoy tan dormida que ya no sé si a Gemelo Rojo le he dado 2 tomas o ha sido a Azul así que decido que, cada vez que les dé una toma, les voy a pegar una pegatina en la planta del calcetín. Y así ya no voy a buscar más la uña de color, directamente le voy a dar el biberón a quien llore y por la mañana haré recuento de quien ha tomado alguna toma de más.

3:45 AM

Me desvelo. Gemelo Azul aún no ha tomado nada desde las 22.30 y ya ha pasado mucho tiempo.

Preparo un biberón y se lo intento enchufar directamente en la boca, pero Gemelo Azul no está por la labor. No me atrevo a forzarle, así que no insisto y me acuesto.

3.55 AM

Gemelo Rojo vuelve a llorar.

¿Que como lo sé? Porque es el único que llora, a Gemelo Azul parece que le dan con arsénico cuando se pone a dormir. Le preparo una toma y le pongo otra pegatina. Gemelo Rojo: 3 - Gemelo Azul: 0.

Ya le diré a mi cuñada que los dos han comido genial porque yo aún no he pegado ojo en lo que va de noche.

Recuerdo que no le he cambiado el pañal ni le he puesto la pegatina. Lo hago y me acuesto.

6:00 AM

Uno de los dos está llorando.  Ya no me preguntéis quién es. Miro la hora y al ver que ya son las 6 decido levantarme y llevármelos al salón.

Atónita me quedo cuando les miro la planta de los calcetines y veo que uno tiene tres pegatinas y el otro dos.

No, esto no es posible. Gemelo Azul se ha pasado la noche durmiendo, no se ha despertado ni una sola vez para comer.

No entiendo nada, cuando estoy medio dormida obviamente no sé qué hago. Voy a darle la toma a Gemelo Azul que ya va a morir de deshidratación.

Cuando le estoy dando el biberón me fijo en la pequeña manita y no puedo creerlo, he vuelto a coger al bebé con la uña roja. Esto es una locura. Estoy segura de que cogí al bebé con la uña azul. No puede ser, os juro que hace un segundo le vi la uña azul. Lo reviso de cabo a rabo y veo que en la otra manita, alguien le ha pintado la uña de rojo.

Me fijo en el otro bebé y tiene la mano contraria pintada del color azul. Los dos llevan azul y rojo.

Voy a esperar a que se despierten mis hijas para preguntarles quién de las dos les ha pintado a los bebés las uñas sin mi permiso pero antes, me voy a tumbar en el sofá porque ya no puedo con mi vida y necesito estar fresca para la bronca que les voy a echar.

Desde aquí mi máxima admiración a las mamás de gemelos/mellizos. ¡Menudo trabajazo!

Mi cuñada ha tenido gemelos hace 3 meses. Ha sido un revolución para toda la familia. Son tan idénticos que ninguno de nosotros somos capaces de saber quién es quién y tiene problemas hasta la madre de los bebés, imaginaros.

Hace dos días me llama y me dice:

-Tengo una entrevista de trabajo en Bilbao y necesito que te quedes con los gemelos 2 días.

- Dos días y una noche- Y pienso para mis adentros: esto me lo pide a mí que, como sólo tengo 3 niños, ando desahogada.

- Te lo pido a ti porque sé que tienes mucha experiencia y me fío- me contesta.

¡Aayyyy! ¡Cómo caigo ante el elogio! ¡Cómo me gusta que me regalen los oídos!

-Entiendo- le digo. No te preocupes que están en buenas manos.

- Tendrás que tener cuidado que, aunque ya tienen 3 meses, el pediatra ha insistido en que no deben saltarse ni una toma porque aún están bajos de peso.

- No te preocupes que así lo haré.

Bueno, pues no sé cómo me las voy a arreglar yo sola con 5 niños porque Cari está en Brasil, pero lo intentaré.

Según me deja mi cuñada a los gemelos en casa, empiezo a tener problemas para distinguirlos. Además, la madre de los niños no los diferencia por la ropa. Se me ocurre pintarle a uno una uña de color rojo y a otro una uña de color azul. No creáis que es peligroso. Les pongo muy poco esmalte, justo lo necesario para diferenciarlos.

Con este truco me las ingenio genial durante el día. De hecho, les doy sus tomas correspondientes y nos vamos a la parada del autobús a buscar a los niños.

En el camino de vuelta a casa me siento como Julie Andrews en Sonrisas y Lágrimas. Me salen los niños por todos lados.

Mis hijos están emocionados con sus primos, deseosos de cuidarlos, les pongo a entretenerles cantándoles canciones y así pasamos el resto de la tarde hasta que llega la hora de acostarse.

23.30 PM

Gemelo 1 empieza a llorar, seguido de Gemelo 2. Parece ser que por la noche se sincronizan para comer, así que cojo al que tiene la uña roja y le doy el biberón, mientras el otro llora como un descosido. Me empiezo a poner nerviosa.

23.45 PM

Gemelo 2 que lloraba sin parar por fin se tranquiliza y se queda dormido. Supongo que de puro aburrimiento.

-¡Mamá! Tengo miedo- grita mi hija pequeña.

Voy corriendo a su cuarto e intento calmarla. Se duerme en mis brazos pero cada vez que intento salir de la cama para dar la toma a Gemelo Azul, todavía sin comer, no me deja.

Decido cogerla en brazos y llevármela a mi cuarto, a dormir conmigo.

Como Gemelo 2 sigue dormido, me acuesto y me quedo profundamente dormida.

00.15 AM

Gemelo no sé qué número se pone a llorar.

Como mi hija está dormida a mi lado no puedo encender la luz para ver de qué color es la uña. Creo que la última toma se la di a Gemelo Azul, pero ya no estoy segura.

Busco el móvil por la mesilla de noche. No lo encuentro.

Por fin aparece y enciendo la linterna.

Les busco las uñas pintadas, pero no doy con ellas. Cuando por fin veo la mano con la uña azul no se corresponde con la del bebé que está llorando. Aún así, creo que la toma le tocaba a Gemelo Azul.

Cojo a Gemelo Rojo y le cambio el pañal. Sigue llorando. Supongo que tendrá gases, así que le hago un masaje en la barriga. Parece que se calma.

Vuelve a llorar, así que le doy otro biberón. Se queda dormido y le acuesto en la cuna. Ahora pienso: Gemelo Rojo lleva dos tomas, Gemelo Azul se ha saltado una. Mi cuñada me va a matar.

Me tumbo y me quedo dormida.

1.45 AM

Gemelo Azul (supongo) se pone a llorar. Le toca la toma.

Cojo el móvil y busco la uña Azul,  y no, es Gemelo Rojo el que vuelve a llorar. Estoy tan dormida que ya no sé si a Gemelo Rojo le he dado 2 tomas o ha sido a Azul así que decido que, cada vez que les dé una toma, les voy a pegar una pegatina en la planta del calcetín. Y así ya no voy a buscar más la uña de color, directamente le voy a dar el biberón a quien llore y por la mañana haré recuento de quien ha tomado alguna toma de más.

3:45 AM

Me desvelo. Gemelo Azul aún no ha tomado nada desde las 22.30 y ya ha pasado mucho tiempo.

Preparo un biberón y se lo intento enchufar directamente en la boca, pero Gemelo Azul no está por la labor. No me atrevo a forzarle, así que no insisto y me acuesto.

3.55 AM

Gemelo Rojo vuelve a llorar.

¿Que como lo sé? Porque es el único que llora, a Gemelo Azul parece que le dan con arsénico cuando se pone a dormir. Le preparo una toma y le pongo otra pegatina. Gemelo Rojo: 3 - Gemelo Azul: 0.

Ya le diré a mi cuñada que los dos han comido genial porque yo aún no he pegado ojo en lo que va de noche.

Recuerdo que no le he cambiado el pañal ni le he puesto la pegatina. Lo hago y me acuesto.

6:00 AM

Uno de los dos está llorando.  Ya no me preguntéis quién es. Miro la hora y al ver que ya son las 6 decido levantarme y llevármelos al salón.

Atónita me quedo cuando les miro la planta de los calcetines y veo que uno tiene tres pegatinas y el otro dos.

No, esto no es posible. Gemelo Azul se ha pasado la noche durmiendo, no se ha despertado ni una sola vez para comer.

No entiendo nada, cuando estoy medio dormida obviamente no sé qué hago. Voy a darle la toma a Gemelo Azul que ya va a morir de deshidratación.

Cuando le estoy dando el biberón me fijo en la pequeña manita y no puedo creerlo, he vuelto a coger al bebé con la uña roja. Esto es una locura. Estoy segura de que cogí al bebé con la uña azul. No puede ser, os juro que hace un segundo le vi la uña azul. Lo reviso de cabo a rabo y veo que en la otra manita, alguien le ha pintado la uña de rojo.

Me fijo en el otro bebé y tiene la mano contraria pintada del color azul. Los dos llevan azul y rojo.

Voy a esperar a que se despierten mis hijas para preguntarles quién de las dos les ha pintado a los bebés las uñas sin mi permiso pero antes, me voy a tumbar en el sofá porque ya no puedo con mi vida y necesito estar fresca para la bronca que les voy a echar.

Desde aquí mi máxima admiración a las mamás de gemelos/mellizos. ¡Menudo trabajazo!