El engaño

El engaño

Me encuentro en plena tortura de sábado tarde. Me han puesto el capítulo número 44 de Jessie por enésima vez.

No puedo más, los ojos me pesan como si tuviera mejillones encima. Me quedo dormida. Ese dormir la siesta que tenemos los padres que consiste en que duermes con el lado derecho del cerebro porque con el izquierdo estás intentando escuchar lo que hacen los niños.

 

En ese maravilloso momento de éxtasis estaba yo cuando llaman a la puerta.

Me levanto que me apetece matar a quien está llamando.

Abro la puerta con la babilla aún colgando y ¿quién creéis que es? Mi nuevo vecino.

Me comenta que me trae los estatutos de la urbanización donde se habla de los horarios para tocar instrumentos musicales.

Yo le miro extrañada y le digo:

-Pues muchas gracias por venir a traérmelos.

-No, si no he venido a traérselos, he venido a leérselos para que se los aprenda usted.

De 15.30 a 17.00 queda prohibido tocar ningún instrumento musical dentro del recinto de la urbanización.

-Ah, muy bien, pues gracias por advertírmelo. Lo tendré en cuenta. E intento cerrar la puerta.

El vecino pone el pie en el marco para que no la pueda cerrar y me dice:

-No, no es por advertírselo. Sus hijos están abajo tocando un silbato sin parar.

-Mire, perdone, no son mis hijos, los míos están en el salón, ¿no los oye?

-Mire, yo no sé lo que oye usted, pero yo veo muy bien y los estoy viendo ahora mismo tocando el silbato.

Me asomo por la ventana del portal y es verdad, están fuera.

Le digo al vecino que perdone y que muchas gracias.

 

Me quedo alucinada. Tengo prohibido a mis hijos bajar a jugar solos sin avisarme, pero lo que más me alucina es que yo estaba durmiendo en el salón y los estaba oyendo a los 3.

No me lo explico, lo estaría soñando.

Voy al salón y descubro que lo que estaba oyendo era la Tablet. Me habían puesto una grabación hecha por ellos mismos para escaparse, pero no estaba hecha de ahora, este plan ya debía llevar tiempo utilizándose. Pero, ¿será posible? Los voy a castigar que la condena del Conde de Montecristo les va a parecer corta.

 

Pienso que esto no puede quedar así, el castigo no es suficiente así me voy a la cocina me sirvo un café y comienzo a urdir una treta con la que contestar a su engaño.

 

Me asomo por la ventana y los veo a los tres jugando a que son agentes de tráfico: mi hijo mayor y la mediana van con sus bicicletas y la pequeña silba a todo meter que es lo que a ella le gusta.

La casa nueva tiene un sistema de audio repartido por todas las habitaciones y puedes enchufar tu teléfono y seleccionar la habitación donde quieres que se oiga. Esto mis hijos no lo saben.

 

Me tumbo en el sillón, tal y como estaba antes de irse ellos.

Vuelven a casa, les oigo entrar en el salón de puntillas y uno le dice al otro:

-Sigue dormida, apaga la Tablet.

-¿Seguro?

-Siiiiií

-¡Uff!, Menos mal - dice mi hija pequeña - Nos hemos librado de un castigo

Yo sigo tumbada sin moverme como una muerta y cuando han apagado su tablet y están saliendo del salón acciono la conversación que acabo de grabar y que tengo escondida debajo de la manta.

Se oye a tal volumen que casi salto del sofá:

-¿A dónde vais?

-A la cocina- contestan todos como un resorte

Y mi hija pequeña dice:

-No es mamá la que habla, sigue dormida que la veo yo.

-Bueno quédate aquí y vigila- le dice mi hijo.

-¿Sola?

-Sola no, con Mamá, no seas gallina – le dice mi hija mediana

Se van a la cocina y acciono el sonido allí y se oye:

 

-Así que habéis bajado sin mi permiso

Mi hija pequeña que oye las voces grita:

-Que no es ella, que sigue dormida.

Salen corriendo de la cocina - Ahí me río yo del “no seas gallina”.

Van a mi cuarto como cohetes.

 Acciono otra vez el sonido. Esta vez allí:

-¿Cuándo creísteis que podíais engañara a vuestra madre?

Empiezan a gritar histéricos y se encierran en el baño.

 

-La norma dice que para bajar a jugar abajo hay que avisar a vuestro padre o a mí.

 

Mi hija pequeña, no os lo vais a creer, se hizo pis y salió corriendo hacia el baño para esconderse con sus hermanos gritando:

-¡Es maga, es maga, habla por la casa mientras duerme!

 

La voz sigue:

-Vosotros me habéis mentido y me habéis engañado.

 

Los oigo llorar y suplicar que la voz se calle. Jaja, cómo me lo estoy pasando.

 

Y entonces es cuando empiezan a sonar las voces que ellos  mismos habían grabado para engañarme, y ahí sí que gritaban como locos.

 

Llamo a la puerta del baño. Cuando después de mucho abren, están los tres en un estado de histeria muy interesante: abrazados debajo de una toalla, como si eso les fuera a librar de la voz- ¡Qué bien funciona el amor fraterno en situaciones límite!

Les dije:

-Oye, no puedo entender por qué os ponéis así…no os he hecho más que lo que vosotros me habéis hecho a mí. La próxima vez que queráis engañar a vuestra madre, hacedlo de manera que no se entere, porque si no, las vais a pasar canutas. Estáis castigados sin tele y sin aparatos electrónicos hasta el mes que viene.

 

Pobres, casi los mato del infarto.

Posted on 15/05/2016 Home, Pingüineando/ Penguin... 0 2413

Leave a CommentLeave a Reply

You must be logged in to post a comment.

Buscar

Categorías

Anterior
Siguiente
El engaño - Saco Pingüino. Pijamas para dormir calentitos toda la noche. Blog js_def
El engaño

El engaño

Me encuentro en plena tortura de sábado tarde. Me han puesto el capítulo número 44 de Jessie por enésima vez.

No puedo más, los ojos me pesan como si tuviera mejillones encima. Me quedo dormida. Ese dormir la siesta que tenemos los padres que consiste en que duermes con el lado derecho del cerebro porque con el izquierdo estás intentando escuchar lo que hacen los niños.

 

En ese maravilloso momento de éxtasis estaba yo cuando llaman a la puerta.

Me levanto que me apetece matar a quien está llamando.

Abro la puerta con la babilla aún colgando y ¿quién creéis que es? Mi nuevo vecino.

Me comenta que me trae los estatutos de la urbanización donde se habla de los horarios para tocar instrumentos musicales.

Yo le miro extrañada y le digo:

-Pues muchas gracias por venir a traérmelos.

-No, si no he venido a traérselos, he venido a leérselos para que se los aprenda usted.

De 15.30 a 17.00 queda prohibido tocar ningún instrumento musical dentro del recinto de la urbanización.

-Ah, muy bien, pues gracias por advertírmelo. Lo tendré en cuenta. E intento cerrar la puerta.

El vecino pone el pie en el marco para que no la pueda cerrar y me dice:

-No, no es por advertírselo. Sus hijos están abajo tocando un silbato sin parar.

-Mire, perdone, no son mis hijos, los míos están en el salón, ¿no los oye?

-Mire, yo no sé lo que oye usted, pero yo veo muy bien y los estoy viendo ahora mismo tocando el silbato.

Me asomo por la ventana del portal y es verdad, están fuera.

Le digo al vecino que perdone y que muchas gracias.

 

Me quedo alucinada. Tengo prohibido a mis hijos bajar a jugar solos sin avisarme, pero lo que más me alucina es que yo estaba durmiendo en el salón y los estaba oyendo a los 3.

No me lo explico, lo estaría soñando.

Voy al salón y descubro que lo que estaba oyendo era la Tablet. Me habían puesto una grabación hecha por ellos mismos para escaparse, pero no estaba hecha de ahora, este plan ya debía llevar tiempo utilizándose. Pero, ¿será posible? Los voy a castigar que la condena del Conde de Montecristo les va a parecer corta.

 

Pienso que esto no puede quedar así, el castigo no es suficiente así me voy a la cocina me sirvo un café y comienzo a urdir una treta con la que contestar a su engaño.

 

Me asomo por la ventana y los veo a los tres jugando a que son agentes de tráfico: mi hijo mayor y la mediana van con sus bicicletas y la pequeña silba a todo meter que es lo que a ella le gusta.

La casa nueva tiene un sistema de audio repartido por todas las habitaciones y puedes enchufar tu teléfono y seleccionar la habitación donde quieres que se oiga. Esto mis hijos no lo saben.

 

Me tumbo en el sillón, tal y como estaba antes de irse ellos.

Vuelven a casa, les oigo entrar en el salón de puntillas y uno le dice al otro:

-Sigue dormida, apaga la Tablet.

-¿Seguro?

-Siiiiií

-¡Uff!, Menos mal - dice mi hija pequeña - Nos hemos librado de un castigo

Yo sigo tumbada sin moverme como una muerta y cuando han apagado su tablet y están saliendo del salón acciono la conversación que acabo de grabar y que tengo escondida debajo de la manta.

Se oye a tal volumen que casi salto del sofá:

-¿A dónde vais?

-A la cocina- contestan todos como un resorte

Y mi hija pequeña dice:

-No es mamá la que habla, sigue dormida que la veo yo.

-Bueno quédate aquí y vigila- le dice mi hijo.

-¿Sola?

-Sola no, con Mamá, no seas gallina – le dice mi hija mediana

Se van a la cocina y acciono el sonido allí y se oye:

 

-Así que habéis bajado sin mi permiso

Mi hija pequeña que oye las voces grita:

-Que no es ella, que sigue dormida.

Salen corriendo de la cocina - Ahí me río yo del “no seas gallina”.

Van a mi cuarto como cohetes.

 Acciono otra vez el sonido. Esta vez allí:

-¿Cuándo creísteis que podíais engañara a vuestra madre?

Empiezan a gritar histéricos y se encierran en el baño.

 

-La norma dice que para bajar a jugar abajo hay que avisar a vuestro padre o a mí.

 

Mi hija pequeña, no os lo vais a creer, se hizo pis y salió corriendo hacia el baño para esconderse con sus hermanos gritando:

-¡Es maga, es maga, habla por la casa mientras duerme!

 

La voz sigue:

-Vosotros me habéis mentido y me habéis engañado.

 

Los oigo llorar y suplicar que la voz se calle. Jaja, cómo me lo estoy pasando.

 

Y entonces es cuando empiezan a sonar las voces que ellos  mismos habían grabado para engañarme, y ahí sí que gritaban como locos.

 

Llamo a la puerta del baño. Cuando después de mucho abren, están los tres en un estado de histeria muy interesante: abrazados debajo de una toalla, como si eso les fuera a librar de la voz- ¡Qué bien funciona el amor fraterno en situaciones límite!

Les dije:

-Oye, no puedo entender por qué os ponéis así…no os he hecho más que lo que vosotros me habéis hecho a mí. La próxima vez que queráis engañar a vuestra madre, hacedlo de manera que no se entere, porque si no, las vais a pasar canutas. Estáis castigados sin tele y sin aparatos electrónicos hasta el mes que viene.

 

Pobres, casi los mato del infarto.

Posted on 15/05/2016 Home, Pingüineando/ Penguin... 0 2413

Leave a CommentLeave a Reply

You must be logged in to post a comment.

Buscar

Categorías

Anterior
Siguiente