Marina D'or

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Marina D’Or

¡Qué delicia! ¡Día de pelu! Voy a una donde el peluquero lleva el pelo cortado en 5 niveles diferentes: por delante un flequillo súper largo rosa, por detrás a cuadrados y cada uno de un color y nos llama a todas Darling y nos dice que tenemos una melena divina y un cráneo maravilloso.

Le digo que quiero que me haga unas mechas californianas y que me corte el flequillo, que estoy aburrida del corte que llevo.

Sí, Darling, claro que sí. Vas a estar divina con lo que te voy a hacer.

Empieza a prepárame el pelo para teñir mientras me va contando su vida entera, y cuando ya me ha puesto el tinte en la parte de delante y va a empezar en la nuca de repente da un grito ensordecedor y dice, ¡QUÉ HORROR!, ¡TIENES PIOJOS!

¡Zas!, toda la peluquería mirándome. ¡Qué bochorno! ¡Me quería morir!

Yo que no sabía cómo reaccionar, le digo: ¡Qué raro! Será que me los has pegado tú.

¿Pegado? ¿Yo? Bonita (ya no soy Darling) tu aquí no tienes un piojo, tienes el Marina D’Or de los piojos, familias con hijos.

Lo siento pero tengo que pedirte que abandones el local.

¿Queeeeé?, le digo

Sí, sí, yo no puedo poner en riesgo el resto de mi clientela por una clienta descuidada que viene infestada con piojos.Y esto lo dice bien alto para que lo oigan todas las darling que ahora me miran como si yo fuera una zarrapastrosa.

Pero es que no me puedo ir así con el pelo a medio teñir, ¿No podríais quitarme el tinte?

¿Quitarte el tinte dices? ¿Y llenar la peluquería entera de piojos? No, ahora mismo tiro a la basura todo lo que ha estado en contacto contigo.

Me trajeron mi chaqueta y me llevaron literalmente a la puerta, la cual me cerraron en las narices.

Allí me tenéis en medio de la calle con todos los pelos para arriba y todo el tinte marrón alrdedor de la cara sin saber qué hacer. La peluquería no está cerca de mi casa y había venido en autobús, y no pensaba ir en él de vuelta a casa.

Decidí parar un taxi, así que me acerqué a la acera para ver si pasaba alguno cuando me dan un toquecito en el hombro. Miro y era mi cuñado.

Me dice, ¿Qué haces en medio de la calle con los pelos de punta y el tinte puesto?

Es que tengo piojos y me han echado de la peluquería y ahora estaba parando un taxi.

Y me contesta muerto de la risa: Espera un segundo que me ría y después te llevo a casa que tengo la moto ahí mismo.

¿La moto? ¿Y cómo me voy a poner el casco? No me puedes llevar en moto.

Sí, mujer, ¿cómo no te vas a poner el casco? Si te tapas las mechas con una bolsa del súper, te pones el casco encima.

Me parece una idea genial. Estoy deseando llegar a casa, más que nada porque el tinte se me está pasando de tiempo y sólo lo llevo una parte teñida.

Así que me pongo la bolsa del súper, me quedan las asas a la altura de las orejas, y en ese momento me doy cuenta de que mi cuñado me ha hecho una foto y la ha mandado al chat Family diciendo: Hola! Soy Hello Kitty.

Bueno, yo lo mato. Si no fuera porque me hace más gracia a mí que a él verme con la bolsa puesta, lo hubiera matado. Pero esto me pasa siempre con mi cuñado, siempre irradia buen humor, me hace reír.

Me pongo el casco, y empiezan a llegar mensajes:

¿Dónde estáis? ¿Qué pasa? Jajajajaja.

¿Por qué llevas una bolsa del súper en la cabeza?

La han echado de la peluquería porque tiene piojos.

Desde luego, no se puede tener privacidad en esta familia.

Me pongo el casco, me lo ato y al ratito, con el calor, me empieza a chorrear el tinte por la cara. Con el viento de la moto, se me esparce por todos los sitios y cuando llego a casa tengo toda la cara teñida. Parezco el falso Rey Baltasar.

Cuando mi cuñado se baja de la moto y me mira, se queda un momento sin saber qué decir al verme la cara y se empieza a reír a mandíbula batiente. Y yo, por no llorar, me empiezo a reír también.

Anda sube a casa, lávate el pelo y la cara que cuando acabes te invito a darnos un homenaje y nos tomamos un aperitivo juntos.

Así que, aquí me tenéis, en mi semana horribilis, con la cara marrón, el pelo a dos colores, tomándome una caña con mi cuñado y el resto de la family que han venido a ver el resultado de ponerse tinte y darse una vuelta con la moto.

¡Lo que hay que hacer para reunirlos!

Posted on 19/11/2015 Home 0 1447

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¡Qué delicia! ¡Día de pelu! Voy a una donde el peluquero lleva el pelo cortado en 5 niveles diferentes: por delante un flequillo súper largo rosa, por detrás a cuadrados y cada uno de un color y nos llama a todas Darling y nos dice que tenemos una melena divina y un cráneo maravilloso.

Le digo que quiero que me haga unas mechas californianas y que me corte el flequillo, que estoy aburrida del corte que llevo.

Sí, Darling, claro que sí. Vas a estar divina con lo que te voy a hacer.

Empieza a prepárame el pelo para teñir mientras me va contando su vida entera, y cuando ya me ha puesto el tinte en la parte de delante y va a empezar en la nuca de repente da un grito ensordecedor y dice, ¡QUÉ HORROR!, ¡TIENES PIOJOS!

¡Zas!, toda la peluquería mirándome. ¡Qué bochorno! ¡Me quería morir!

Yo que no sabía cómo reaccionar, le digo: ¡Qué raro! Será que me los has pegado tú.

¿Pegado? ¿Yo? Bonita (ya no soy Darling) tu aquí no tienes un piojo, tienes el Marina D’Or de los piojos, familias con hijos.

Lo siento pero tengo que pedirte que abandones el local.

¿Queeeeé?, le digo

Sí, sí, yo no puedo poner en riesgo el resto de mi clientela por una clienta descuidada que viene infestada con piojos.Y esto lo dice bien alto para que lo oigan todas las darling que ahora me miran como si yo fuera una zarrapastrosa.

Pero es que no me puedo ir así con el pelo a medio teñir, ¿No podríais quitarme el tinte?

¿Quitarte el tinte dices? ¿Y llenar la peluquería entera de piojos? No, ahora mismo tiro a la basura todo lo que ha estado en contacto contigo.

Me trajeron mi chaqueta y me llevaron literalmente a la puerta, la cual me cerraron en las narices.

Allí me tenéis en medio de la calle con todos los pelos para arriba y todo el tinte marrón alrdedor de la cara sin saber qué hacer. La peluquería no está cerca de mi casa y había venido en autobús, y no pensaba ir en él de vuelta a casa.

Decidí parar un taxi, así que me acerqué a la acera para ver si pasaba alguno cuando me dan un toquecito en el hombro. Miro y era mi cuñado.

Me dice, ¿Qué haces en medio de la calle con los pelos de punta y el tinte puesto?

Es que tengo piojos y me han echado de la peluquería y ahora estaba parando un taxi.

Y me contesta muerto de la risa: Espera un segundo que me ría y después te llevo a casa que tengo la moto ahí mismo.

¿La moto? ¿Y cómo me voy a poner el casco? No me puedes llevar en moto.

Sí, mujer, ¿cómo no te vas a poner el casco? Si te tapas las mechas con una bolsa del súper, te pones el casco encima.

Me parece una idea genial. Estoy deseando llegar a casa, más que nada porque el tinte se me está pasando de tiempo y sólo lo llevo una parte teñida.

Así que me pongo la bolsa del súper, me quedan las asas a la altura de las orejas, y en ese momento me doy cuenta de que mi cuñado me ha hecho una foto y la ha mandado al chat Family diciendo: Hola! Soy Hello Kitty.

Bueno, yo lo mato. Si no fuera porque me hace más gracia a mí que a él verme con la bolsa puesta, lo hubiera matado. Pero esto me pasa siempre con mi cuñado, siempre irradia buen humor, me hace reír.

Me pongo el casco, y empiezan a llegar mensajes:

¿Dónde estáis? ¿Qué pasa? Jajajajaja.

¿Por qué llevas una bolsa del súper en la cabeza?

La han echado de la peluquería porque tiene piojos.

Desde luego, no se puede tener privacidad en esta familia.

Me pongo el casco, me lo ato y al ratito, con el calor, me empieza a chorrear el tinte por la cara. Con el viento de la moto, se me esparce por todos los sitios y cuando llego a casa tengo toda la cara teñida. Parezco el falso Rey Baltasar.

Cuando mi cuñado se baja de la moto y me mira, se queda un momento sin saber qué decir al verme la cara y se empieza a reír a mandíbula batiente. Y yo, por no llorar, me empiezo a reír también.

Anda sube a casa, lávate el pelo y la cara que cuando acabes te invito a darnos un homenaje y nos tomamos un aperitivo juntos.

Así que, aquí me tenéis, en mi semana horribilis, con la cara marrón, el pelo a dos colores, tomándome una caña con mi cuñado y el resto de la family que han venido a ver el resultado de ponerse tinte y darse una vuelta con la moto.

¡Lo que hay que hacer para reunirlos!

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