BESOS, BULLYING Y FIESTAS DE CUMPLEAÑOS

BESOS, BULLYING Y FIESTAS DE CUMPLEAÑOS

Hace unos meses mi hijo Javier, que tiene cinco años, le dio un beso a Heidi, una compañera de clase. Y lo ha estado “pagando” desde entonces.

Últimamente Javier vuelve del cole bastante disgustado. “Mami, Larry sigue diciendo todo el tiempo Javi besó a Heidi en la boca”. La primera vez que me lo contó como “un problema que tenía en el cole”, le dije: “Cariño, seguro que lo hace porque es él el que quiere besar a Heidi. Dile que sólo se mete contigo porque a el le gustaría besarla y seguro que te dejará en paz”. Lo dije convencida y sonriendo. Conseguí que se sintiera un poco mejor y no volvió a mencionarlo.

Después de ese episodio, me olvidé del asunto. Poco después, la madre de Larry nos envió una invitación para el cumpleaños de Larry. “¡Genial! Se han hecho grandes amigos” pensé, y acepté la invitación encantada.

Pero, al parecer, mi truco no había tenido ningún efecto sobre la conducta de Larry. Seguía repitiendo en clase la inocente frase y Javier cada vez se sentía peor. Hace dos semanas, se encendieron todas mis alarmas cuando llegó a casa diciendo “Mami, odio a Larry”. Sabe que “odio” es una palabra muy fuerte para usar sólo en casos muy extremos.

“¿Por qué?”, le pregunté.
“Porque sigue diciendo todo el tiempo que besé a Heidi”, dijo cabizbajo, como si llevara todo el peso del mundo sobre sus hombros.
“Bueno, entonces creo que es hora de que hables con la profesora. Cuéntaselo a la señora Andrews y veamos qué piensa ella”.

Cuando mi marido llegó a casa Javi le contó la historia. “Le están haciendo bullying”, me dijo de repente.

“¿En serio?” -pensé- “¿Puede un niño de cinco años, que seguramente no es consciente del daño que está causando, estar acosando a mi hijo con una frase tan inocente?”.

Rápidamente cogí mi ordenador para buscar una definición de bullying y encontré stopbullying.gov, la página web oficial contra el acoso en EE.UU. He aprendido que el acoso requiere “un desequilibrio de poder […] motivado por el acceso a información desagradable o comprometida […] que se utiliza para hacer daño a otros. Y el comportamiento se repite o tiende a repetirse con el tiempo”.

“¡Ay Dios, mi hijo está sufriendo acoso escolar!” pensé, sin poder creérmelo.
Le mandé un mensaje a la señora Andrews, su profesora, quien rápidamente solucionó el problema al día siguiente.

“Javi, mañana es la fiesta de cumpleaños de Larry. Estás contento de ir, ¿no?”, le acabo de preguntar a mi hijo.

“No mamá, no quiero ir. No es un niño bueno“.

Ahora tengo que llamar a la madre de Larry y explicarle por qué mi hijo no quiere ir a la fiesta de cumpleaños de su hijo. ¡Deseadme suerte!

Posted on 02/03/2015 Home, Vamos a pingüinear/Penguin... 0 1992

Leave a CommentLeave a Reply

You must be logged in to post a comment.

Buscar

Categorías

Anterior
Siguiente
BESOS, BULLYING Y FIESTAS DE CUMPLEAÑOS - Saco Pingüino. Pijamas para dormir calentitos toda la noche. Blog js_def
BESOS, BULLYING Y FIESTAS DE CUMPLEAÑOS

BESOS, BULLYING Y FIESTAS DE CUMPLEAÑOS

Hace unos meses mi hijo Javier, que tiene cinco años, le dio un beso a Heidi, una compañera de clase. Y lo ha estado “pagando” desde entonces.

Últimamente Javier vuelve del cole bastante disgustado. “Mami, Larry sigue diciendo todo el tiempo Javi besó a Heidi en la boca”. La primera vez que me lo contó como “un problema que tenía en el cole”, le dije: “Cariño, seguro que lo hace porque es él el que quiere besar a Heidi. Dile que sólo se mete contigo porque a el le gustaría besarla y seguro que te dejará en paz”. Lo dije convencida y sonriendo. Conseguí que se sintiera un poco mejor y no volvió a mencionarlo.

Después de ese episodio, me olvidé del asunto. Poco después, la madre de Larry nos envió una invitación para el cumpleaños de Larry. “¡Genial! Se han hecho grandes amigos” pensé, y acepté la invitación encantada.

Pero, al parecer, mi truco no había tenido ningún efecto sobre la conducta de Larry. Seguía repitiendo en clase la inocente frase y Javier cada vez se sentía peor. Hace dos semanas, se encendieron todas mis alarmas cuando llegó a casa diciendo “Mami, odio a Larry”. Sabe que “odio” es una palabra muy fuerte para usar sólo en casos muy extremos.

“¿Por qué?”, le pregunté.
“Porque sigue diciendo todo el tiempo que besé a Heidi”, dijo cabizbajo, como si llevara todo el peso del mundo sobre sus hombros.
“Bueno, entonces creo que es hora de que hables con la profesora. Cuéntaselo a la señora Andrews y veamos qué piensa ella”.

Cuando mi marido llegó a casa Javi le contó la historia. “Le están haciendo bullying”, me dijo de repente.

“¿En serio?” -pensé- “¿Puede un niño de cinco años, que seguramente no es consciente del daño que está causando, estar acosando a mi hijo con una frase tan inocente?”.

Rápidamente cogí mi ordenador para buscar una definición de bullying y encontré stopbullying.gov, la página web oficial contra el acoso en EE.UU. He aprendido que el acoso requiere “un desequilibrio de poder […] motivado por el acceso a información desagradable o comprometida […] que se utiliza para hacer daño a otros. Y el comportamiento se repite o tiende a repetirse con el tiempo”.

“¡Ay Dios, mi hijo está sufriendo acoso escolar!” pensé, sin poder creérmelo.
Le mandé un mensaje a la señora Andrews, su profesora, quien rápidamente solucionó el problema al día siguiente.

“Javi, mañana es la fiesta de cumpleaños de Larry. Estás contento de ir, ¿no?”, le acabo de preguntar a mi hijo.

“No mamá, no quiero ir. No es un niño bueno“.

Ahora tengo que llamar a la madre de Larry y explicarle por qué mi hijo no quiere ir a la fiesta de cumpleaños de su hijo. ¡Deseadme suerte!

Posted on 02/03/2015 Home, Vamos a pingüinear/Penguin... 0 1992

Leave a CommentLeave a Reply

You must be logged in to post a comment.

Buscar

Categorías

Anterior
Siguiente