Acabamos de volver de vacaciones. ¡Han sido geniales! Mi hermana vino con toda la family y con mi madre desde España y nos fuimos todos juntos a pasar las Navidades a Singapur. Los peques adoran pasar tiempo con sus primos y fue el momento perfecto para dar el empujón final a mi último proyecto Pingüino, que llevaba en la recámara más de un año.

El invierno pasado diseñé una nueva prenda para incluir en la colección, pero lo he ido posponiendo una y otra vez debido a mis dudas sobre si estaba lista, o no, para la producción en masa. Antes de lanzar los SacosPingüino al mercado, mis hijos los habían probado y utilizando durante más de un año. Pero esta nueva prenda, aunque la han probado otros niños (amigos, vecinos…), mis hijos no la han usado. Por suerte, el pasado mes de septiembre nació la pequeña Rebecca, justo a tiempo para unirse al equipo oficial de Conejillos de Indias de SacoPingüino, formado hasta entonces por sus hermanos y primos.

Y ha sido genial. No hay nada mejor que probar los productos con tus propios hijos para ver qué funciona y qué no funciona. Le había dado vueltas durante horas y horas en el último año, pero después probarlo con mi hija durante 15 días, he podido mejorar el prototipo muchísimo. Y estoy feliz.

Además, durante las vacaciones pude exprimir los conocimientos de dos adictos a los deportes: mi encantador marido eIndiana Jones, mi cuñado. El primero, un Ironman; el segundo, un tipo que disfruta escalando montañas en el Himalaya.

“Entonces, chicos, ¿cuál es el tejido transpirable, ligero de peso e impermeable, que mejor protege contra el viento?”, les pregunte.

La respuesta llegó después de unas 12 horas de conversaciones técnicas acerca de los pros y los contras de cada tela deportiva profesional a la venta.

Ahora tengo sobre mi mesa media docena de muestras de telas de excelente calidad (que, por cierto, ¡son carísimas!) que examinaré exhaustivamente hasta elegir la idónea para mi proyecto.

Creo que ha llegado la hora de hablar del nuevo proyecto con el técnico. No puedo esperar a ver la cara que pone cuando le cuente mis ideas…

Acabamos de volver de vacaciones. ¡Han sido geniales! Mi hermana vino con toda la family y con mi madre desde España y nos fuimos todos juntos a pasar las Navidades a Singapur. Los peques adoran pasar tiempo con sus primos y fue el momento perfecto para dar el empujón final a mi último proyecto Pingüino, que llevaba en la recámara más de un año.

El invierno pasado diseñé una nueva prenda para incluir en la colección, pero lo he ido posponiendo una y otra vez debido a mis dudas sobre si estaba lista, o no, para la producción en masa. Antes de lanzar los SacosPingüino al mercado, mis hijos los habían probado y utilizando durante más de un año. Pero esta nueva prenda, aunque la han probado otros niños (amigos, vecinos…), mis hijos no la han usado. Por suerte, el pasado mes de septiembre nació la pequeña Rebecca, justo a tiempo para unirse al equipo oficial de Conejillos de Indias de SacoPingüino, formado hasta entonces por sus hermanos y primos.

Y ha sido genial. No hay nada mejor que probar los productos con tus propios hijos para ver qué funciona y qué no funciona. Le había dado vueltas durante horas y horas en el último año, pero después probarlo con mi hija durante 15 días, he podido mejorar el prototipo muchísimo. Y estoy feliz.

Además, durante las vacaciones pude exprimir los conocimientos de dos adictos a los deportes: mi encantador marido eIndiana Jones, mi cuñado. El primero, un Ironman; el segundo, un tipo que disfruta escalando montañas en el Himalaya.

“Entonces, chicos, ¿cuál es el tejido transpirable, ligero de peso e impermeable, que mejor protege contra el viento?”, les pregunte.

La respuesta llegó después de unas 12 horas de conversaciones técnicas acerca de los pros y los contras de cada tela deportiva profesional a la venta.

Ahora tengo sobre mi mesa media docena de muestras de telas de excelente calidad (que, por cierto, ¡son carísimas!) que examinaré exhaustivamente hasta elegir la idónea para mi proyecto.

Creo que ha llegado la hora de hablar del nuevo proyecto con el técnico. No puedo esperar a ver la cara que pone cuando le cuente mis ideas…